Muchas personas llegan a mi y me cuentan que no son capaces de quedarse en silencio, que su mente es muy ágil y que no se queda quieta, me dicen que la meditación como tal, ósea respirar, quedarse en quietud, detener el cuerpo, relajarlo, entrar en concentración y alcanzar un estado meditativo no es para ellos, pero que meditan corriendo, meditan haciendo ejercicio, meditan activamente.

¿Puede el ejercicio físico reemplazar la meditación?

Es importante entender que, si bien las prácticas físicas aportan centro, fortaleza y claridad mental no cumplen el mismo propósito de la meditación.

Estas prácticas en conciencia nos permiten generar energía, acondicionar nuestro cuerpo físico, estar presentes en las actividades cotidianas.

Esta muy bien estar presentes, pero el hecho de que puedas distraer la mente en esas actividades no quiere decir que medites.

Sin autoengaños

Esto es importante, porque podemos engañarnos fácilmente, sin duda la meditación activa existe y es poderosa, pero no cualquier movimiento del cuerpo invita a la meditación.

Por ejemplo, las personas que hacemos yoga sabemos que importante son las asanas para preparar el cuerpo para meditar, necesitamos foco, concentración, respiración, presencia, relajación y esto nos permite entrar en estado meditativo con mayor facilidad, pero hacer asanas no es meditar.

¿Cuales son las diferencias?

El ejercicio físico genera endorfinas que te hacen sentir bienestar en tu propio cuerpo, te ayuda a aquietar la mente y tener pensamientos más postivos, por su parte la meditación activa el sistema parasimpático por lo que te ayuda a relajarte, descansar, restaurarte y hacer instrospección.

El ejercicio activa la energía, la meditación te lleva introspectivamente a un estado de relajación y descanso profundo.

La meditación reduce el cortisol, hormona generadora de estrés, el ejercicio físico permite una mejor oxigenación y te hace estar más concentrado y enérgico.

¿Tengo que elegir una u otra?

La respuesta es NO TIENES QUE ELEGIR, es mejor comprender que ambas practicas son importantes en tu vida, pero no son intercambiables.

Mi sugerencia es que tengas un espacio para tu ejercicio físico y un espacio para tu meditación diaria.

Esto le dará equilibrio y armonia a tu cuerpo, tu mente y tu espiritu.

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