Crecí en un ambiente frenético, impulsada cada día a hacer algo “productivo”, en mi entorno había que correr, trabajar, producir, en mi casa todo el enfoque era hacia la productividad y la actividad muchas veces era indetenible y además bien vista.
Mi forma de ser era más introvertida, creativa, reflexiva, y más «lenta», me gustaba pintar, hacer pilates, oír música, cocinar, estar cerca de la playa, subir un cerro o un árbol, ir al parque y soñaba con viajar por el mundo y conocer gente maravillosa, sin embargo, no tenía la oportunidad de vivir así, si quería estar bien en mi entorno tenía que adaptarme y sí, me adapté y me alejé de mis sueños y esencia, tome lo que llamaban “buenas decisiones” que me dieron resultados que no fueron tan buenos como me habían contado.
Pasaron muchos años antes de poder elegir vivir mi propia vida bajo un concepto más consciente, amoroso, lento y entender que más rápido no es mejor y que no se es más productivo por querer hacer más.
Comenzar a hacer yoga y meditar, me permitió entender que ir más lento no era retraso, que lo más importante de la vida slow, era ir más consciente, y darle justo valor a cada cosa, y sobre todo dedicar mi tiempo a vivir auténticamente.
El concepto de vida «Slow» no es nuevo, creo que de alguna manera sabemos que necesitamos detener la rueda frenética de la vida y tener consciencia de que nuestras propias elecciones no pueden estar basadas en lo que el entorno nos empuja a vivir, que necesitamos cuestionarnos y reflexionar sobre lo que verdaderamente nos funciona y nos hace sentir bien en nosotros mismos y con nosotros mismos.
La vida Slow no te invita a dejar de cumplir tus responsabilidades, ni dejar de trabajar en tus proyectos, simplemente invita a darle su justo valor y tiempo a cada cosa y a ser más conscientes de nuestra propia vida y en que invertimos el tiempo.
En la sociedad industrializada hemos llegado a glorificar el estar siempre ocupados, un “hombre trabajador” es bien visto, pero si te detienes empiezas a perder valor. El ajetreo se volvió una forma de vida, nos acostumbramos a vivir bajo presión, incluso muchas personas dicen: es que yo funciono mejor bajo presión.
Creo que normalizamos el ajetreo, sin pensar en la factura enorme que nos pasa y que no consideramos sino al llegar la enfermedad y el cansancio.
Creo que en algún tiempo el estar ocupados se convirtió en símbolo de status, pero gracias a dios nada es eterno! y comenzamos a despertar y entender que esta bien bajar el ritmo, que esta bien ir más lento, que esta bien enfocarnos en lo que nos hace verdaderamente felices y nos aporta bienestar.
En mi experiencia personal trabajar y vivir a mi ritmo me da satisfacción y paz, me ha costado un montón poder hacer entender a otras personas lo que vivo, asi que dejé de dar explicaciones. Pero al pasar el tiempo ví como la meditación, la comida sana y el enfoque pausado comenzó a ser parte de muchas personas que antes no me entendian.
Para mi está bien entender: que no pasa nada si me levanto mas tarde, que esta bien tener una rutina personal y darme tiempo antes de comenzar a trabajar, que mi espacio de meditación es mi fuente de energía primordial, que no necesito comprar tantas cosas ni tener tanto dinero para ser libre y feliz, que no tengo que asistir a todas las reuniones sociales, que puedo tomarme espacio para una siesta o para ir a caminar a la playa cuando lo considere necesario. Que mi horario de trabajo me lo construyo yo. Que escuchar a mi cuerpo y guiarme por él está bien.
Si de algo me hace de darme cuenta la vida slow es que me siento más clara, más consciente, mas presente y que a medida que estoy más conectada conmigo misma tengo mejor energía, estoy más sana, más creativa y paradójicamente, me vuelvo más productiva.
En estos días a una de mis hijas le dije que le mandaría algo pendiente por correo al día siguiente y me contesto, no te preocupes yo me levanto tarde así que tienes tiempo de sobra… y me sentí tan feliz!
Normalizar el slow life es sano, y siento que pronto los cambios sustanciales en la sociedad que vivimos se harán sentir, no es natural vivir en stress, y ser productivos no se trata de hacer más para consumir más, se trata de hacer más con menos desgaste, en menos tiempo, con más presencia y en más consciencia.
Recomendaciones para una vida Slow:
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- Haz Yoga, ejercita tu cuerpo
- Integra la Meditación como hábito en tu vida
- Haz una cosa cada vez, no tienes que hacerlo todo ya.
- Come bien, elige una alimentación sana y amorosa
- Respeta tu sueño, dormir mejor es vivir mejor
- Camina,ve en bici, reduce el uso del coche
- Agradece por tener tanto!
- Di no! Sin culpa, sin complejos!
- Presta atención a los pequeños detalles!
- Viaja ligero y descubre lo maravilloso de salir de tu zona de confort.
- Elige vivir en presente, sin prisas, en equilibro, de forma saludable y amorosa.
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Por último, aprende a escuchar tu cuerpo, tu intuición, de alguna manera ya sabemos que nos hace bien, pero nos desconectamos tanto que perdemos la comunicación con nosotros mismos, es buen tiempo para tomar decisiones conscientes. Haz Yoga, Medita, alimentate sanamente y si necesitas apoyo recuerda que no todo lo tenemos que hacer solos, aqui estoy para apoyarte!