La vida corre con rápidez y el mundo donde nos desenvolvemos nos empuja a ir afuera, a alcanzar metas cada vez más altas, a no detenernos, a hacer, hacer y hacer.
Tener una meta o propósito en la vida está bien, porque nos ayuda a conducir energía para manifestar aquello que aun no está manifiesto, sin embargo la carrera por alcanzar metas nos desgasta y es fácil perdernos en los caminos que ego y la mente lideran.
Entendiendo que una meta es algo que quieres de una manera determinada y en un tiempo determinado, posiblemente estés consciente de que no siempre la vida nos da lo que queremos de una manera determinada y en un tiempo determinado, por lo que alcanzar metas puede significar también enfrentar fracasos y frustraciones.
La vida está llena de incertidumbre, he vivido muchas cosas que he soñado e intencionado, pero no siempre de la manera que creía ni en el tiempo que creía, he alcanzado muchas metas, pero también muchas otras no.
Hoy me doy cuenta de que las expectativas que ponemos en alcanzar una meta x en un tiempo x puede confundirnos y desgastarnos, creo que, por encima de cualquier meta, deseo, intención o propósito debe prevalecer una intención primordial: SENTIRME BIEN.
Si una meta me quita la posibilidad de sentirme bien, no es constructiva, sentirse bien es mi primera intención, y cualquier otra cosa que desee va alineado con eso.
Nos enseñaron a desear muchas cosas, a querer más y más. Nunca es suficiente cuando el ego lidera la vida, hoy siento que la vida tiene sentido cuando soy capaz de vivir en paz, en armonía conmigo misma, y para lograr eso tuve que aprender a escucharme, a no ser tan agresiva conmigo exigiéndome cada vez más logros o consecución de metas, hoy creo firmemente que necesitamos más metas centradas en el alma para lograr cumplir metas de forma positiva.
Estoy convencida de que nuestra primera intención debe ser: Sentirnos bien! Nada es más importante que eso, desde allí todo lo demás.
Meditar, hacer Yoga (a mi medida) alimentarme de forma sana y amorosa, tener buena compañía y buenos pensamientos, descansar bien, agradecerlo todo, confiar en mi y en la vida, atreverme a vivir lo que deseo desde el corazón, abrir un canal de comunicación con mi alma, para ella lidere y guie mi vida han sido mis herramientas.
Esto me ha ayudado un montón a hacer cosas que me hagan sentir bien, así que ya no tengo metas prefijadas, tengo cosas que me encantaría que sucediesen, mientras eso pasa disfruto todo lo que hago y confío en que mi alma me conduce por el camino adecuado y hacia los propósitos de mi existencia.