Aislado en las heladas cavernas de los Himalayas se encontraba Shiva, el gran destructor, retirado del mundo, preso en la angustia de la separación y la soledad tras la pérdida de su amada consorte Sakti, se mantuvo absorto, pasivo e inerte… trascendiendo el samsara en meditación sin cumplir su función de gran destructor.
Brahma el gran creador, activo y energético, observa a Shiva y se dirige a Visnu el salvador cósmico, el que buscaba siempre el equilibrio, para decirle: “Si todas las criaturas sobre la tierra renunciaran al mundo como Shiva, el Universo cesará de existir”. ¿Qué podría hacerse para evitarlo?
Vishnu respondió: Tenemos que conseguir una mujer que le traiga de vuelta al mundo. Para que la sociedad sobreviva, la liberación espiritual- debe de ser complementada con el cumplimiento del dharma, el deber material. La senda de la renuncia, el yoga, deber de ser compensada con el compromiso con la existencia…Juntos, Shiva y su consorte habrán de generar el camino del medio, aquel entre la participación y la renuncia. Brama estuvo de acuerdo…
La Diosa Madre, encarnación de toda la materia, nunca es estable, está constantemente en un estado de movimiento. Su muerte fue apenas una transformación. Sakti volvería bajo otra forma en el momento que se reconociera su poder…
En los Himalayas había un rey llamado Hivaman, casado con la reina Mena tenía una hermosa hija llamada Párvati, “hija de las montañas” su belleza y amabilidad era infinita…
Parvati (reencarnación de Sakti) estaba decidida a conquistar a Shiva, pero el gran destructor se negaba a abrir sus ojos y se mantenía absorto de mirar su innegable belleza y amor, entonces Párvati se entregó fortalecerse a sí misma, a través del yoga, la meditación y la transformación interna, era capaz de realizar penitencias que podían superar las del mismo Shiva: estar de pie sobre una sola pierna por semanas; meditar día y noche; en verano sentarse rodeada de fogatas bajo el sol del mediodía; en invierno hacer ejercicios respiratorios sentada en el hielo…
La joven logró la atención de Shiva, a quien le atrajo más la disciplina y la determinación que la belleza física. A este punto, Shiva se acercó a Parvati bajo la apariencia de un asceta cualquiera y, para ponerla a prueba…
Un día un joven brahmín llegó y preguntó por qué una persona tan hermosa había de exponerse a tales suplicios. “Mi deseo —replicó ella— es Shiva, Objeto Supremo. Shiva es un dios de la soledad y de la concentración inalterable. Practico estas austeridades para sacarlo de su estado y atraerlo hacia mí lleno de amor.”
“Shiva —dijo el joven— es un dios de destrucción, Shiva es el Aniquilador del Mundo. El deleite de Shiva consiste en meditar en los crematorios, entre el humo de los cadáveres; allí contempla la podredumbre de la muerte y eso congenia con su corazón devastador; las guirnaldas de Shiva son de serpientes vivas. Shiva es un mendigo y además, nadie sabe nada de su nacimiento.”
Párvati dijo: “Está por encima del espíritu de los que son como tú. Es pobre, pero es la fuente de la riqueza; es aterrador, pero es la fuente de la gracia; puede ponerse a voluntad guirnaldas de serpientes o guirnaldas de joyas. ¡Cómo había de haber nacido si él es el creador de lo increado! Shiva es mi amor.”
El joven se quitó su disfraz; él era Shiva… quedó tan conmovido por la disciplina, el valor y la compasión de Parvati que acercó a ella rogándole que concluyera su sadhana y ella se rindió a sus brazos. Unidos, al fin, hicieron el amor cien años seguidos.
Parvati derritió el corazón duro de Shiva con su afecto. Juntos jugaron dados en el Monte Kailas y se amaron en las orillas del lago Manasarovar, descubriendo las alegrías de la vida en pareja. La diosa despertó en Shiva preocupación por el mundo creándole interrogante sobre diversas cuestiones. Mientras hablaba, él reveló los secretos de los Tantras y los Vedas que había reunido en eones de meditación. Inspirado por su belleza, Shiva se convirtió en el manantial de las artes, de danza y teatro. Él cantó y bailó para deleite de los dioses que estaban muy contentos de ver su encanto con la diosa.
Con Parvati a su lado, Shiva hizo una declaración al mundo: Que se sepa, ninguna adoración o sacrificio será aceptada por los dioses mientras no haya unión de lo masculino y femenino. Aquel que se aparte de las alegrías y de las tristezas de la vida, en vez de tratar con ellas, es un tonto, pues está huyendo de la Verdad. Aquel que es obcecado por los placeres y por los dolores de la vida, incapaz de ver la serenidad por detrás de ella, es un tonto, pues él también está huyendo de la Verdad.
La verdad se encuentra en la armonía entre el espíritu y la materia, entre el cuerpo, la mente y el alma, entre lo individual y lo social, entre la sociedad y la naturaleza, entre Purusha y Prakriti…
Qué representa Parvati
Parvati representa la unión entre lo masculino y lo femenino, no solo ente hombre y mujer sino entre las dos partes intrínsecas en cada persona. representa la unión del cuerpo y el espíritu, así como la determinación y la fuerza de voluntad.
Parvati es también representación del valor necesario para alcanzar nuestros objetivos y la sabiduría para discernir la dirección apropiada para ello. Parvati es la fuerza de voluntad para conseguir nuestros sueños y para luchar contra los obstáculos que nos vamos encontrando en el camino hasta conseguirlos.
Parvati también hace referencia al éxtasis sexual, al sexo tántrico, el que favorece estados de la consciencia superiores.
El mantra de Parvati
Todas las Diosas tienen varios mantras. Para Parvati, te proponemos este (Gayatri Mantra):
Sarva Mangala Mangalye
Shive shaarvatha saadhike
Saranye tryambike gauri
Naaraayani namo stute
Su traducción es más o menos esta:
Gran Diosa, consorte de Shiva
La que tiene la piel dorada
La que ofrece bendiciones y refugio
La que posee el tercer ojo del conocimiento
Me inclino ante ti
A la vez que cantas el mantra, puedes visualizar a esta Diosa dentro de ti, visualizar la sensualidad o el color rojo, que es su color.
Canta el mantra de Parvati para…
- Incrementar la fuerza de voluntad
- Discernir objetivos y comprometerse con ellos
- Encontrar pareja
- Hallar el matrimonio sagrado
- Concebir un hijo
- Mantener relaciones sexuales intensas y poderosas
- Equilibrar la parte masculina y femenina interior
- Comprometerse con la transformación personal